Todo pescador con señuelos conoce ese "golpe" perceptible, esa pérdida de tensión, el señuelo que deja de nadar durante un segundo, que indica que un pez acaba de atacar tímidamente nuestro señuelo. Este toque, sin seguimiento, muestra el interés pero también el miedo de un depredador hacia nuestro señuelo. Cuando registramos varios toques de este tipo, debemos analizarlo como un mensaje e intentar encontrar la causa y, si es posible, la solución.

Una clara señal de interés
Como hemos mencionado antes, los mordiscos cortos son una señal segura de que los depredadores están interesados en nuestro señuelo. O bien el interés es escaso porque están descansando, o bien es real pero algo lo impide. Pero una cosa es cierta, están presentes, interesados y con posibilidades de ser capturados.

¿Oportunidad o peligro?
Los golpes cortos pueden significar que los depredadores están realmente dispuestos a atacar nuestro señuelo pero que tienen dudas sobre si es realmente comida. Con esta llave corta, quieren despejar la duda de si el señuelo representa una oportunidad real de alimentarse o un peligro.

Jugar con un parámetro
Cuando nos encontramos con este fenómeno, nuestro objetivo es convencer a nuestro objetivo y averiguar qué parámetro molesta a los depredadores. Entonces hay que jugar con el color, el tamaño, el peso de la cabeza del jig y las vibraciones hasta encontrar una combinación que provoque los golpes más fuertes.

Un compañero problemático
La 2ª posibilidad con este tipo de comportamiento es que nuestro señuelo represente a un compañero que está perturbando el territorio del depredador presente. Entonces, en señal de agresión y para ahuyentarlo, lo empuja sin atacarlo ni morderlo realmente.
A continuación, puedes intentar provocarlo para que se muestre aún más agresivo atacándolo. Por ejemplo, puedes presentar un señuelo más grande para simular un competidor más grande o jugar con las animaciones. Una animación rápida con un señuelo ruidoso y visible puede provocar un ataque reflejo o, por el contrario, una animación muy lenta puede simular a un pez provocando a nuestro depredador.

Lo más importante, sea cual sea la causa de este fenómeno, es comprender que indica la presencia de depredadores y el comienzo de su interés por nuestro señuelo. A partir de ese momento, cada picada corta indica claramente que un parámetro de nuestro señuelo o de nuestra animación es erróneo y está molestando a nuestros objetivos potenciales... Nos toca a nosotros averiguar cuál, por ensayo y error, ¡hasta dar con la clave!