Algunos días son mucho más duros que otros. El tipo de día en el que sientes que el mar está vacío y te has quedado sin ideas. Este tipo de situación me ocurre de vez en cuando. En el fondo, probablemente es durante estas salidas difíciles cuando más progresas. Tienes que cuestionarte si quieres encontrar la paternidad que salvará tu sesión de pesca. Ante estas situaciones, opto por diferentes estrategias.
Zonas de pesca conocidas
La prospección sigue siendo mi parte favorita de la pesca marítima. Dicho esto, a veces me pierdo y me lo pierdo todo. Es difícil colgar el sedal y salvar el día. Para ello, vuelvo a zonas conocidas que domino desde hace tiempo y donde sé que hay unos cuantos peces.
Estas zonas, a menudo bien conocidas por muchos pescadores, tienen un nombre en nuestra jerga: "sauves bredouilles". Son muy útiles para mantener el ánimo. Allí los peces suelen ser más pequeños y menos numerosos, ¡pero el placer sigue siendo el mismo!

Encontrar una zona rica en alimentos
A veces persigo peces todo el día. Las condiciones parecen adecuadas y hay mucha comida, pero no parece que haya depredadores activos. La sonda me ayuda en la búsqueda de peces forrajeros. En estos casos, decido seguir buscando en la zona, alejándome y volviendo de vez en cuando para echar un vistazo. En algún momento, es muy probable que los depredadores se activen.
Dar un paso atrás
A veces, si miras demasiado, puedes pasar por alto cosas obvias como pájaros en la distancia. Si aterrizas unos instantes, apagas el motor y escuchas, puedes oír el canto de un charrán en la distancia, lo que indica una posible zona de actividad.

Pesca voluntaria al revés
Me obligo a respetar ciertas reglas que generalmente funcionan. Sin embargo, los días que son diferentes y fuera de lo común, hago deliberadamente lo contrario. Por ejemplo, en zonas con mucha población de lanzón, utilizo sábalos. Pesco deliberadamente mucho en zonas poco profundas, pescando contra corriente, etc. Estas variaciones me han permitido resolver algunas situaciones.
Otras especies objetivo
Si no hay mirlos, hay zorzales... Algunos días, saldrás por la mañana, con la cabeza por delante, en busca de una especie muy concreta. Sin embargo, algunos días no podrás encontrarla y, en lugar de obstinarte, te dirigirás a otra especie, en otro tipo de fondo, por ejemplo. A menudo acabo los días difíciles buscando espáridos.

En la pesca, nada puede darse por sentado y cada salida te enseñará algo. Los días difíciles te permiten progresar cuestionándote e intentando adaptarte.