La pesca al surfcasting en Bretaña: diversidad, técnica y adaptación

Una hermosa dorada capturada en una playa protegida del norte de Finisterre © Thibaut Le Sceller

La pesca al surfcasting en el Norte de Finisterre es una técnica que ofrece grandes resultados. Es una forma deportiva y técnica de pescar con cebos naturales que explota la rica variedad de entornos de la bahía de Morlaix.

Diversidad de manchas

La bahía de Morlaix es un terreno de juego excepcional para la práctica del surfcasting gracias a la variedad de sus hábitats. Hay puntos rocosos expuestos, bajíos fangosos en el fondo de la bahía, zonas con corrientes donde la marea canaliza la alimentación de los peces, así como extensas playas oceánicas frente al mar. Cada sector tiene sus propias reglas y requiere su propia estrategia, tanto en términos de equipo como de elección del cebo.

Un stagiaire de Pesketa avec un gros bar de la baie de Morlaix.
Un aprendiz de Pesketa con una gran lubina en la bahía de Morlaix.

El equipamiento necesario

El surfcasting en la bahía de Morlaix es una técnica exigente. Las cañas de 4 a 5 m de longitud deben ser capaces de propulsar plomadas de 80 a 200 g de peso. Los carretes potentes (tamaño 6000 a 9000) permiten lanzar lejos y recuperar rápido, a veces con cargas pesadas (algas, dobletes de peces).

La instalación depende del sustrato: trípodes lastrados para rocas, estacas para playas arenosas.

En cuanto a los montajes, las especificidades locales están marcadas por la presencia de algas y corrientes marinas.

Rara vez pescamos fino: 30/100 mínimo con snatch cónico, 50/100 cuerpo de línea y 35/100 plomadas. Se prefieren las plomadas de pinza para sujetar el fondo, pero es esencial variarlas a medida que avanza la sesión, ya que la fuerza de la corriente cambia con la marea. En condiciones más tranquilas o con coeficientes bajos, los plomos planos o piramidales aportan discreción y precisión.

Los anzuelos grandes, del 1/0 al 3/0, reducen las capturas accidentales y evitan herir a los peces pequeños. Se recomiendan los anzuelos circulares, sobre todo para el besugo y la dorada, ya que pican en el borde de los labios y limitan las roturas.

Deux cannes de surfcasting en action de pêche dans une mer agitée par des rouleaux.
Dos cañas de surfcasting en acción en un mar agitado por los rodillos.

Recolección y elección del cebo

Una jornada de surfcasting suele comenzar con la recogida de cebo. Las lombrices y la grava, que son muy atractivas, se sacan con palas. Después se enhebran en anzuelos con largas agujas de cebar. También se pueden recoger navajas, berberechos o almejas, que son excelentes para pescar sargos.

El cangrejo verde es formidable con la lubina, como demuestran los análisis estomacales. Las gambas, los pececillos y los calamares completan la gama.

Para la dorada, verdadero grial del pescador, el cebo rey sigue siendo la almeja de concha blanda (kouilhoù kezeg en bretón), extraída de las profundidades de algunas costas. Combativo y delicado en el plato, este pescado es un símbolo del éxito de las sesiones estivales.

En la bahía también encontrará salmonetes, salmonetes rojos, salmonetes viejos, pintarrojas y, más raramente, anguilas (ahora protegidas). Las playas oceánicas son ideales para pescar peces planos.

Deux stagiaires de Pesketa en ont action de pêche : eschage des lignes.
Dos aprendices de Pesketa en acción de pesca: recogiendo los sedales.

Elegir el momento adecuado para la marea

La marea es la clave del surfcasting. Cada lugar tiene su propio ritmo: algunos cobran vida justo al comienzo de la subida, cuando las lubinas y los salmonetes entran en la bahía; otros producen algunas buenas doradas al comienzo de la bajamar. En general, la pleamar es el mejor momento para pescar, ya que permite observar el fondo y anticipar las zonas de alimentación.

Este tipo de pesca requiere vigilancia y organización: retroceder poco a poco con la marea, evitar estar rodeado de agua, sobre todo con varias cañas en acción.

Deux stagiaires heureux d'avoir attrapé une dorade grise.
Dos aprendices felices de haber pescado una dorada.

Pesca deportiva y técnica

El surfcasting en la bahía de Morlaix no es sólo un juego de espera. Requiere una buena forma física, sobre todo cuando hay que salir con los vadeadores para lanzar o manejar el equipo con el viento y las olas. Observar las zonas de transición (rocas, arena, marismas) es esencial para localizar a los peces.

Aquí, la diversidad de hábitats, la fuerza de las corrientes y la amplitud de las mareas obligan a adaptarse constantemente. Los pescadores tienen que leer el paisaje, ajustar sus aparejos, variar sus cebos y mantenerse en movimiento. Son estas exigencias las que hacen que este deporte sea tan apasionante y que la bahía de Morlaix sea uno de los mejores lugares de Bretaña para la práctica del surfcasting.

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