Secado
El mantenimiento básico de un tubo de flotación es secarlo bien después de cada sesión y guardarlo en un lugar fresco. Lo mejor es mantenerlo ligeramente inflado, pero no pasa nada si lo guardas doblado en la bolsa. Así no se desgastará antes de tiempo y no se arrugará, ya que recuperará su forma original cuando se infle.
Lo importante es no dejarlo en el maletero del coche en una ola de calor, o cuando esté helando. Esto impedirá que el PVC y los accesorios funcionen y se vean afectados por los cambios de temperatura.
Lávelo con agua limpia
El enjuague con agua limpia es el segundo procedimiento básico de mantenimiento de un tubo flotador.

Por supuesto, no hace falta que lo hagas cada vez que vuelvas de una sesión, a no ser que la utilices en el mar, pero de vez en cuando, para eliminar impurezas, es lo mínimo. Para facilitar el lavado, puedes utilizar el mismo jabón que usas para lavar los coches, además de una esponja suave.

Además, este aclarado evita que las bacterias o algas se transporten de una masa de agua a otra, contaminando así el medio ambiente.
Aplicación de un tratamiento de PVC
La gama de productos de detallado para automóviles y embarcaciones incluye productos perfectamente adaptados al mantenimiento del PVC, aplicados con una almohadilla.
Dado que el flotador se utiliza en el agua, debemos asegurarnos de que el producto utilizado no sea perjudicial para el medio ambiente. Los productos de mantenimiento de embarcaciones responden a esta necesidad.

Estos productos son perfectos para el mantenimiento de su tubo flotador, ya que además de lavar eficazmente y eliminar contaminantes como hidrocarburos, dejan una capa protectora.
Este revestimiento protege el tubo flotador de los rayos UV, nutre el PVC para evitar que se seque y se agriete, y facilita su limpieza al mejorar las propiedades hidrófugas del PVC. Este tratamiento lleva muy poco tiempo y puede realizarse varias veces al año.

Inspección y predicción de reparaciones
Por último, todas estas operaciones permiten inspeccionar el tubo flotador y detectar posibles enganches, arañazos o deslaminaciones que podrían provocar fugas. Así que lo mejor es repararlos y solidificarlos enseguida, antes de que se conviertan en un problema.