En esta familia del suroeste de Francia nos encantan la pesca y los inventos. El padre de Jean-François imaginó una caña de pescar telescópica con el sedal dentro. Fue en 1994, y a ningún fabricante de cañas le convenció la idea. O sugirieron producirla en China, lo que disgustó al inventor. La caña telescópica con el sedal dentro se quedó en un sótano.
No fue hasta 2009 cuando Jean-François Dupuy, animado por su padre, retomó la idea por su cuenta. Emprendió un estudio para evaluar el mercado y se dio cuenta de que en el campo de los bastones no había mucha innovación en cuanto a su uso. Los materiales cambiaban, pero no la funcionalidad. Así que se puso a fabricar este famoso bastón telescópico con rosca interior: había nacido el Mosquetari.

Para ello, cuenta con un equipo de ingenieros de desarrollo que tienen que resolver los distintos problemas que se plantean. Porque si el sistema funciona, aún hay que conseguir que sea fiable y viable en producción. Tras 3 años de investigación y pruebas, el primer prototipo está listo para la producción.
Aunque la primera caña que ideó era una caña de jigging, Jean-François se dio cuenta de que era con una caña de casting con la que podría convencer a todo el mundo de la pertinencia de su invento. Así pues, el primer modelo medía 2 m con 3 tramos (y 70 cm plegado).

La magia de esta caña reside en las 14 guías de sedal que lleva en su interior. Gracias a ellas, el sedal se dirige hacia el blank y se desliza con gran facilidad. Incluso con señuelos muy ligeros, el lance no supone ningún problema. Según su inventor, incluso cuando la punta de la caña está mojada, el sedal sigue girando bien.
Las cañas con línea interna son notoriamente difíciles de enhebrar. Con la Mosquetari, no hay problema: sólo se tarda 2 segundos en montarla. Con el sedal interior, la caña resuena muy bien porque el sedal está en el centro del blank. Transmite todos los golpes.

La ventaja del sedal en el interior también es inestimable a la hora de transportar la caña, ya sea en barco o en coche, pues el sedal ya no se engancha por todas partes. Lo mismo ocurre para pescar en zonas arboladas: se acabaron las hojas o ramas enganchadas en las anillas. En cuanto al plegado, tampoco se tarda más de 2 segundos.
Probada por numerosos pescadores, esta caña parece contar con una aprobación unánime. Todavía tenemos que probarla para estar realmente convencidos. En cuanto al mantenimiento, todas las piezas de la caña son desmontables, aunque el diseñador admite que no requiere ningún mantenimiento particular.

Hoy Jean-François está listo para lanzar la serie. En pre-pedido, el precio de esta caña rondará los 200 euros. Los aficionados podrán encontrarla en KickStarter a partir de mediados de diciembre de 2024.